Sabemos que nuestro cuerpo necesita de energía para funcionar, conocemos el término caloría, entendemos la palabra porción, pero al momento de llevarlo a la práctica parece que hemos olvidado todos estos términos e ideas.
Durante la historia reciente de la humanidad hemos visto el auge de dietas de moda, pastillas, licuados y remedios mágicos para poder perder esos kilos de peso que nos sobran. Muchas investigaciones con personas que buscan bajar de peso a través de diferentes métodos, han tenido como resultado la recuperación de esos kilos de peso perdidos.
Ya sea que llevemos una dieta baja en carbohidratos o baja en grasas o que lleve el término Paleo, Keto o una dieta diseñada para nuestro tipo de sangre, la realidad es que nada de esto va a funcionar si no le ponemos atención a nuestros hábitos alimenticios. Podremos estar “a dieta” durante meses y lograr perder los kilos necesarios para estar dentro de un peso en rango normal, sin embargo podrá tomar un par de semanas para volverlos a recuperar.
Las porciones de los alimentos se establecen de acuerdo a las necesidades energéticas que el cuerpo necesita para funcionar adecuadamente. Utilizamos energía para respirar, para que nuestro corazón trabaje, para que el sistema digestivo funcione, y todo esto sucede sin nosotros darnos cuenta o controlarlo. Lo que sí controlamos es el movimiento de nuestro cuerpo, la actividad física que hacemos durante el día y el ejercicio para fortalecer los músculos.
La realidad es que la gran mayoría de nosotros no cargamos con básculas para pesar los gramos de la comida que vamos a comer, o no contamos con las tablas específicas que contienen la información energética (calorías) de los alimentos, ni tampoco se tienen la educación o conocimientos para saber cuanto es suficiente, en términos de porciones. Con lo que sí contamos, es con nuestras perfectas manos. Y es muy sencillo aprender a idear las porciones de los alimentos que vamos a comer, utilizado nuestras manos.

Referencias de porciones con las manos:
Pastas, arroz, pan, frutas, leguminosas: El puño cerrado de una mano
Proteína de origen animal: Palma de la mano
Ensalada: Ambas palmas de las manos
Frutas secas y semillas o nueces: Mano llena
Quesos: Pulgar de una mano
Grasas (mantequilla, aceites vegetales, manteca, aceite de coco): Punta de un pulgar.

Ahora sabemos que tenemos todo en nuestras manos.
Ya no hay pretextos, más que decidir no hacerlo.
Así de fácil, así de sencillo.
Provecho.
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